Cada domingo tu bandeja de entrada se llevará una alegría

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Chasquido metálico luego manos arriba luego gritos.

Quien inventó la montaña rusa lo bordó.

Es una experiencia que todo el mundo recuerda, que no deja indiferente a nadie.

Hay quiénes están deseando subirse.

Ansiosos por sentir el vértigo.

Desgarrarse por dentro con un chute de adrenalina.

Levantar las manos cuando el vacío se siente a tus tripas. Gritar hasta quedar afónicos.

Otros todos lo contrario, ni se ponen en la cola.

Les da pánico eso de bajar por una rampa a toda velocidad.

El traqueteo del vagón.

Algunos, por querer demostrar su valentía, dan el salto.

Se ajustan las correas acordándose de la mítica leyenda del que reventó porque estaba muy prieto.

Mirando al suelo, refugiándose en cada curva.

Deseando llegar a meta.

Reconozco que fui de los segundos hasta que monté en la Tornado del Parque de Atracciones de Madrid.

Aturdido por el miedo me vi con las piernas colgando, vapuleado por la gravedad y ronco de chillar. Así que, tras la primera vez, decidí que hubiera una segunda, tercera...

Luego me monté en la Lanzadera, que es eso que te suelta desde lo alto en caída libre.

Soy tan pardillo que me quité las gafas porque pensé que saldrían volando.

Ahí ya me quedé afónico del todo.

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La montaña rusa en nuestra profesión

El mundo del desarrollo y la programación es exactamente eso: una montaña rusa.

Cambios inesperados, hackeos y ataques, decisiones corporativas que modifican nuestras vidas, actualizaciones imposibles, nuevas tecnologías que aterrizan de forma imparable...

Decides si montas o no.

Sigo pensando que hay que probar cositas para saber que hacen, para sentir el "tacto" de lo que puedes lograr en un pequeño proyecto paralelo.

Pero hay que conservar los pies en la tierra.

Me acordé de la montaña rusa cuando vi este gráfico el otro día en la Jamstack Conf.

Es obra de Laurie Voss (puedes verlo en grande) y te digo lo mismo que en su artículo:

No hay ningún dato que corrobore esto. Es un gráfico subjetivo, una ayuda visual.

Un pretexto para hablar de lo que se cuece en el mundo del desarrollo web.

Es genial.

Porque me siento muy representado, sobre todo si jugamos con la línea temporal.

Lo que nos empuja

La guía de colores te la resumo aquí:

  • Morado: Asuntos relacionados con el móvil.
  • Azul: Lo lla estado, para mi es lo que tiene que ver con la construcción del cliente alrededor de JavaScript
  • Verde: HTML y CSS. También el cómo se generan estos dos elementos
  • Amarillo: Persistencia. En otro mundo, el backend, las cosas que se cuecen en el servidor.
  • Rojo: Lo físico. El servidor.

La línea del tiempo indica que en los últimos 20 años la parte de cliente se ha hecho con más del 75% de nuestras preocupaciones.

Recuerda ahora todos los movimientos en los frameworks de frontend de estos últimos años: React, Vue, Angular, Ember, Alpine.

O la relevancia que ha ido ganando todo el tooling para construir las aplicaciones: Webpack, Parcel, Rollup...

Los más viejos del lugar miramos hacia atrás en esa curva.

En ese borde amarillo es donde se ve la rampa donde nos hemos inquietado, las tripas se nos han subido al cogote y hemos gritado (en silencio) porque nuestro trabajo no paraba de moverse.

Traqueteo. Cla-cla-cla.

Las personas que lleváis menos tiempo en este sector, siempre según este gráfico, es probable que no tengáis tanta experiencia al hosting tradicional, a los VPS, servidores administrados.

La parte en rojo casi ha desaparecido y nadie parece preocuparse ya por si un servidor tiene energía eléctrica suficiente o si se calienta más de la cuenta.

Si, total, está en la nube.

¿Dónde está la gravedad?

La montaña rusa vicia nuestro cuerpos a base de física elemental.

Gravedad, fuerzas centrífugas, centrípetas, rozamiento, velocidad y aceleración.

Magistralmente resueltas, eso si.

A más retorcida sea la atracción, más sensaciones provoca.

Ese vértigo ante los constantes cambios y novedades nos empuja a vivir en un tiempo que es presente, pero no es "nuestro presente".

Aunque el gráfico de Laurie no está basado en cifras, es útil para verlo así:

La línea temporal en 2010 y en 2000.

Aislada del resto.

La parte de construcción del cliente ya no ocupa tanto. Lo relacionado con el servidor está presente de forma más contundente (tonos amarillos y rojos).

Ahí es donde estamos.

Manteniendo aplicaciones web que, aunque no sean del año 2000, se crearon con esa arquitectura.

Porque era la forma correcta de hacerlo.

Y sigue siendo correcta, aunque con mejoras.

Es ahí, en esas franjas, donde están las aplicaciones en las que sé que muchos nos ganamos el sustento.

Son las que pagan las facturas.

Sois mis héroes por seguir luchando en esas batallas con código legado.

Pero eso no puede ser un acomodo para renunciar a dos cosas que tiene esta profesión y que la hacen única:

  • Nunca vas a aburrirte porque está en constante evolución.

  • El escalón de entrada para aprender una nueva habilidad cada vez es más bajo.

Quedarte afónico de aprender

Seguro que lo habéis escuchado o, incluso, pensado:

"Hay tantas cosas para elegir que no sé por dónde empezar"

Laurie corrobora este pensamiento con el título de su artículo:

Tu nunca serás un desarrollador Full Stack.

El stack es enorme. Es imposible aprendérselo todo. Empezarlo y acabarlo todo.

Ayer descubrí Fab, el martes hablé de Blitz, muchos estáis con Flutter, los suscriptores me piden PWA (y lo tendrán).

Interminable.

Aquella tarde en el parque de atracciones me quedé sin voz.

Estaba desgastado, como de hacer mucho ejercicio.

Tanta pasión y desparrame casi acaba conmigo.

Mira, pregunto a los suscriptores de mi Academia Online con varias preguntas.

Una de ellas es esta:

¿Cuánto tiempo puedes dedicar a la semana para aprender y formarte en desarrollo y programación?

El 88,2% reconoce tener más de 2 horas a la semana. Casi un 50%, más de 5 horas.

Ese tiempo, bien organizado, es oro.

El ejercicio de aprendizaje para construir tu "stack de conocimientos" debería dejarte afónico.

Un ejemplo reciente de montaña rusa

Estoy creando aplicaciones web con NuxtJS forzándome a salir de mi zona de confort con mis cacharritos en Drupal, Laravel, etc.

He descubierto ya que no es oro todo lo que reluce, que tiene sus fallos, que hay que trabajar más de lo que uno calcula inicialmente para tener un resultado bueno.

¿Lo usaría para proyectos reales de clientes?

Hoy no. Mañana, con algunas horas más de vuelo en side projects, si.

(Aquí una introducción a Nuxt)

El penúltimo renglón

Dos enlaces para terminar hoy.

Uno, una librería que reconoce la voz directamente en el navegador. Como un asistente, pero en JavaScript.

Se llama Artyom y me ha maravillado.

El segundo, la mejor inversión de mayo de 2020.

Un mastermind con Víctor Correal en su podcast No es asunto vuestro.

PD: El martes en el podcast hablaré de Buenas prácticas para novatos y el viernes tendremos un directo premium sobre GraphQL.