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Dos métodos fallidos para apuntar ideas y uno que promete

"El papelillos."

Este era el mote de un amigo mío de toda la vida. Tenía más, pero este viene de perlas hoy.

Lo que tenía era un escuadrón de pequeños papeles metido entre su cartera y su bolsillo.

Cortaba folios en trozos pequeños para que entraran en una billetera.

Allí apuntaba todo lo que se le ocurría. Resolvía problemas de física o te plantaba el argumento de un nuevo juego.

Seguro que en alguna de esos papelillos se escondió, para siempre, una idea genial que está por descubrirse o que otro inventó más tarde.

Imaginación y genialidad, toda la del mundo.

Orden, pues, ya si eso tal...


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Anotar ideas es difícil

"Una persona con una idea nueva está loca hasta que la idea triunfa."

Mark Twain decía esto y acertaba. Pero solo en parte. Las ideas nos vuelven locos porque no queremos que se nos olviden.

Recién salida de la mente, en ese estrujamiento inesperado de neuronas, siempre parecen geniales, brillantes y camino del éxito.

La inspiración te pilla despierto. Trabajando. Subiendo a una montaña. Cayendo en picado. Bajo el agua. Sobre el cielo. Desnudo. De etiqueta. Dormido.

Hay que atrapar ese flujo de alguna forma. Aquí van dos métodos que no funcionaron.

Workflowy Outliner Inferno

Por 2016 me entró la fiebre de querer tener un baúl ideas para escribir historias sobre ellas.

Convertí cada movimiento por la calle, cada conversación robada, cada gesto de ascensor en una idea.

Las apuntaba en Workflowy, con tesón, esmero y poca paciencia.

Workflowy es un outliner gratuito.

Un editor de texto donde todo es un árbol y vas creando líneas hijas de otras. Como una lista de viñetas (bullet list) con hijos y más hijos.

Aquello pronto se convirtió en un vertedero.

Pasaba como con el mal CSS, todo se apuntaba en la última línea. Además siempre con ansia, como si el olvido fuera a soplar fuerte para hacer volar la ocurrencia lejos. En un ascensor, complicado...

Trello Card Garbage

Hemos hablado de Trello muchas veces por aquí.

Excelente gestor de tareas en forma de tarjetas agrupadas en columnas.

Nos funciona genial en el trabajo que hacemos para organizar los contenidos de danielprimo.io. Cada estado del contenido está reflejado en una columna.

Llevan muchos años puliendo el método Kanban y se nota.

Harto de que Workflowy no procesara con velocidad mis urgencias (la culpa siempre es de la tecnología, ya sabéis), me pasé a Trello.

Abrí un tablero llamado "Tormenta de ideas".

Me bajé la app al móvil.

Tenía que cumplir tantas cosas para anotar una idea (etiqueta, columna, descripción) que terminé por saltármelas todas.

Volví a caer en "apunta al final por lo menos".

Dejé de usarlo cuando me vi en medio de la tormenta.

Zettelkasten promete

Negué dos veces este método. Una por tener nombre alemán y la otra porque vi un archivador gigante lleno de notas de papel.

Los prejuicios son así.

Si quieres saber todos los detalles sobre dónde viene y como funciona este método, te recomiendo leer este artículo en castellano.

(Ábrelo en navegación de incógnito si te aparece el paywall)

Zettel significa "hoja de papel" y Kasten es "caja".

Cada idea es una nota. La guardas en la caja.

Hasta aquí todo es lo mismo que mis anteriores fracasos.

¿Por qué es un método prometedor en este momento de mi vida?

Porque te obliga a trabajar las ideas para cumplir con el método.

Recuerda que el sistema lo creó un alemán, Niklas Luhmann. Así que para que funcione hay que ser escrupuloso con el orden.

Enlaza para crear una historia

El bueno de Niklas escribió 70 libros gracias a las conversaciones que tenía con su Zettel. Realmente hablaba solo, pero eso ahora no nos importa.

El método te obliga a hacer algo que llevamos haciendo décadas en web: enlazar.

Tienes que enlazar la idea nueva con otras que ya existen en tu zettel. Esto hace que se cree no solo sean notas identificadas, tituladas, y etiquetadas: también están relacionadas.

De una idea vas a la siguiente, y luego a otra, otra más. A lo largo de los años tendrás el mismo archivador gigante con el que hablaba Niklas.

Tienes que apuntar esas ocurrencias y hacerlas tuyas. No vale con pegar un enlace y listo. Debes evolucionarlas en tu cabeza por un momento, tal y como le funcionó a Niklas.

Cómo lo estoy haciendo

He limitado al máximo mis movimientos para intentar garantizar el éxito.

  1. No he incorporado ninguna herramienta nueva. Voy a usar una carpeta compartida con Google Drive. Para escribir, mi querido Typora.
  2. Cada nota se identifica por un timestamp manual cuando se crea (20200124-1026), un título y etiquetado libre.
  3. Las notas se enlazan obligatoriamente con al menos una de las anteriores colocando enlaces en cada nota. Como todas están en la misma carpeta, no hay rutas relativas.

Typora me provee de un excelente buscador para escarbar en el texto de la carpeta. Drive mantiene todo sincronizado.

Me olvido de toda implementación de etiquetas intermedias, grafos y demás. Minimalismo para llegar al zen.

Os contaré que tal me va en unas cuántas semanas.

El penúltimo renglón

Recursos no patrocinados que seguro son de tu interés:

¡Nos leemos el próximo domingo!